Muy del gusto del último tercio del XVIII símbolos y expresiones armoniosas del fundamento físico-matemático de las fuerzas de la naturaleza: física y geometría en El quitasol, Goya hacia 1777. |
En ocasiones nos hemos referido a la afición termométrica de Simón de Roxas y a sus
inclinaciones para lo que en su época llamaban meteorología.
O esta también traducción de Vicente Alcalá Galiano (1757 - 1810).
Durante su última estancia en
Titaguas - su pueblo natal - articuló un programa sistemático de recogida de datos
atmosféricos del que ya hablamos en:
En su autobiografía Simón de Roxas prefiere presentarse como hombre de
letras, pero en su juventud hubo números, muchos números, problemas de
geometría y las brillantes escalas de los instrumentos, tablas celestes,
náuticas, cuadernos con notas barométricas y al final de la jornada la liturgia
de dar cuerda a los cronómetros.
Basta ver las actividades del profesor Galiana (Antonio Galiana nacido en
Xixona 1762 y fallecido en Valencia hacia 1840 de quien podemos ver una
sinopsis biográfica en https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/62014.pdf ) en la Universidad de
Valencia tras la llegada de su nuevo alumno, para apreciar con lo que comenzó a
modelarse el joven Simón de Roxas de 14 años *.
Hay una especie de formación
paralela que algunos alumnos reciben simultáneamente a las lecciones de clase al obtener el favor de pasar horas en la
biblioteca del despacho del profesor.
El tema estaba "en el aire" y de moda y aunque no tenemos evidencias concretas que Simón
de Roxas conociera estas obras podemos ponerlas como ejemplos significativos.
Muy acertadamente Salvador Ximénez Coronado (1747-1813) primer profesor del Observatorio de Madrid tradujo y publicó en 1793 esta - aún hoy -
interesante obra de Alexander Wilson (1766-1813); un científico
naturalista contemporáneo de Clemente, que
dirigió sus investigaciones en ámbitos (ornitología)
coincidentes con algunas de las de nuestro autor.
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O esta también traducción de Vicente Alcalá Galiano (1757 - 1810).
Pese a la similitud con el apellido no confundir este autor con
el nombrado profesor alicantino de Clemente ni con los Alcalá Galiano, Dionisio padre, héroe
de Trafalgar y su hijo Antonio. Texto completo en:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10067599 |
Simón de Roxas que
permaneció durante alrededor de nueve años próximo a su profesor Galiana, tuvo tiempo
de sobra para apreciar la metamorfosis de la Cosmogonía a la Cosmología,
proceso que podemos seguir puntualmente por ejemplo a partir de la muy documentada
información que aparece en:
El último año aún estudiante en Valencia Simón de Roxas coincidió con la breve estancia en la ciudad del
barón Humboldt, que se detuvo en la capital del Turia arreglando papeles y viendo
las aclimatadas plantas americanas que custodiaba el botánico Lorente en el jardín del obispado en
Puzol, allá por el 8 de febrero de 1799.
Aunque no hay constancia que se produjera encuentro alguno Simón de Roxas pronto seguiría los pasos
del sabio viajero alemán a la capital española y encontrara junto a su nuevo
maestro Cavanilles - redactor de Anales de Hª Natural - una posición
privilegiada para apreciar la aventura americana del barón alemán, de la que se
publicaban puntualmente noticias en esta revista en la que Clemente que debía tenerla muy leída vería impreso en esas fechas por primera vez un trabajo suyo.
Véase pág. 231 en: http://bibdigital.rjb.csic.es/spa/Libro.php?Libro=742 |
El barón Humboldt
publicaría en 1825 un extracto de su travesía peninsular de 1799 y sus
conclusiones sobre el relieve en la revista Hertha basándose en su diario y en
su correspondencia personal.
Su estilo evidencia la actitud hacía el territorio y el paisaje de los
viajeros del nuevo siglo que no eluden añadir a las consideraciones usuales de
los viajeros del XVIII, datos atmosféricos integrados en el relato como un
elemento narrativo más, aportando un
sentido especial además del estrictamente numérico.
Pero en el caso de Simón de Roxas la necesidad y deseos de
incluir en sus escritos noticias sobre presiones barométricas y temperaturas
van a verse continuamente entorpecidos por la imposibilidad de disponer de
instrumentos de medida. Así en el otoño de 1803 en Sanlúcar inmerso en la redacción de su Ensayo sobre las vides andaluzas anota:
Lo que no dejaba de resultar paradójico habiendo tenido recientemente a
mano el completo arsenal de instrumental (Véase pág. 113 Martín Polo 2016) acopiado en
colaboración con su desaparecido compañero de viaje: Domingo Badía.
Ensayo sobre las variedades de la vid común… (pág. 56).
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Termómetros de Reaumur de la época.
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En el inventario de instrumentos para la expedición al Africa que se conserva en el Archivo Municipal de Barcelona
figuran 8 termómetros que éste Badía
se ha llevado con todo lo demás, tras abandonar a Clemente para pasar a África en
solitario al poco de llegar juntos a Cádiz desde Londres.
De este famoso personaje Domingo Badía Leblich (1767 - 1818) de
cuya intensa relación con Simón de Roxas
nos ocuparemos en el futuro, no debemos
olvidar que era en sus días uno de los escasos cultivadores nacionales de la
física de la atmosfera y en 1798 había publicado en castellano los Ensayos sobre la higrometría de Horace Bénédict de Saussure (1740 – 1799)
con dedicatoria al rey Carlos IV.
A continuar
* Otra nota biográfica de Antonio Galiana en Biblioteca de autores valencianos Justo Pastor Fuster (1827) Valencia, aunque con fecha de defunción erronea.
Tomo I, pág. 450.
https://books.google.es/books?id=JNRyRAMESK0C&pg=PA454&lpg=PA454&dq=antonio+galiano+valencia+1800&source=bl&ots=dqQ7wSudkL&sig=X4zf9QhlVXPypWW2LyDB40fW5Jo&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjf9c2QlKjQAhVPGsAKHSGlCxsQ6AEIPjAJ#v=onepage&q&f=true
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