Seguimos por su orden la lista de los vegetales que Simón de
Roxas identificó en la cumbre de Mulhacén y anotó simultáneamente a sus mediciones de
la altura de la montaña en el verano de 1804.
Nos quedan por ver dos:
Lichen candelarius, Anales, poca, en fruto.
Imagen de Xanthoria candelaria
(L.) Th. Fr. http://www.stridvall.se/lichens/gallery/Xanthoria/NIKB1019 |
Así la
denominación que usó Simón de Roxas para este líquen de la cumbre de Mulhacén corresponde al basónimo linneano, del actualmente
admitido Xanthoria
candelaria, descrito por el naturalista sueco Theodor (Thore)
Magnus Fries (1832 - 1913).
Su
clasificación: Fungi, Ascomycota,
Pezizomycotina, Lecanoromycetes, Lecanoromycetidae, Teloschistales,
Teloschistaceae, Xanthoria.
Nos
confunde el tratamiento que le dió Colmeiro al econtrarlo
en esta sinonimia de su Enumeración de las criptógamas de España y Portugal (1867). |
Caracteres
distintivos de X. candelaria en: http://www.uv.es/barreno/Liquenes_Muniellos.pdf
Una de
las escasas claves españolas para identificar líquenes con un excelente glosario.
|
Pero no cabe duda.
Otra
imagen de X. candelaria esta sobre
madera en descomposición, muy raramente sobre madera
viva aunque se ve sobre todo tipo de sustratos de preferencia rocas silíceas verticales. Original en: |
Jasione montana, Linneo, mucha en flor; la observé muy gigante en el Acebuchal de Algeciras, a menos de 100 varas sobre el mar.
Esta última anotación corresponde a una planta
vascular de la familia Campanulaceae, el tratamiento que ha recibido
esta especie desde la denominación original de Carlos Linneo en Species Plantarum 2: 928–929. 1753, que
se manejaba aún en tiempos de Simón de Roxas, hace sospechar que nuestro autor
se refiere a distintas especies, es decir: a lo largo de su periplo
andaluz cita esta planta en numerosas ocasiones de distintas localidades, por
ejemplo en su LISTA SISTEMÁTICA DE LAS PLANTAS DE LAS CERCANÍAS DE GRANADA vemos:
Jasione montana. Muy común en los cerros que corta el
Darro, florece en Junio. pág (178),en los Vélez (538), Sª de María (578), de
Cobdal a Tahal (612), de Santiago de Tahal a Tabernas (617), Cumbre del
Picacho de la Sª de Alcalá de los Gazules (751), Benaocaz (775), Júzcar (847) y
aún la nombra en distintas cotas de las listas de nivelación de
Mulhacén.
Inevitable
pensar que actualmente se trataría de especies distintas del mismo género que con posterioridad al recorrido de Simón de Roxas han
sido descritas y admitidas.
Basta
echar un vistazo a la advertencia acerca de la gran variabilidad de la
especie y además a su tratamiento taxonómico en Flora Ibérica. O en este blog que sigue esa línea y trae un excelente material gráfico.
Epilogo.
Simón de
Roxas dio sus números de la montaña granadina referidos a varas, varas de medir
suponemos castellanas (0,835905 mts.) pues
esa medida coexistía con otras varas usadas en la época (por ej. varas aragonesas:
0,768 m la de Teruel). Aunque el metro como unidad de longitud del sistema métrico decimal fue
originalmente creación de la administración de los revolucionarios franceses, fue imponiendose y adoptándose a lo
largo del XIX, en nuestro país no comenzaría a generalizarse hasta 1849.
Ya vimos
en Clemente y las cartografías lo
prontamente que afloraron en España sus mediciones altitudinales de la montaña
granadina, rápida y repetidamente publicadas
por Isidoro Antillón.
Hasta el
descubrimiento merced a las mediciones de Clemente de la altura de Mulhacén se desconocía
que esta era la cota más elevada del relieve peninsular.
El
primero que las menciona referidas a toesas y metros es el barón Bory de St.
Vincent. Aunque no se aventura a una cifra exacta si da una aproximación: 3600
mts. que en esa latitud señala la zona con nieves perpetuas más meridional del
continente.
El
interés natural de Bory por Sª Nevada más las maravillas que Simón de Roxas le transmitió de su entorno de nieves perpetuas, en sus breves pero
intensos encuentros en plena campaña napoleónica, probablemente determinaron al naturalista
francés a su arriesgada ascensión al Picacho del Veleta (1811).
Acabaría
publicándola 9 años más tarde, en sus grises días de exilio en Bélgica, apareciendo en el tercer
tomo de Annales Générales des Sciences
Phhysiques (Bruxelles 1820). Un
primer eco de Mulhacén en una selecta publicación europea, ya en metros.
Texto completo disponible en: Annales (1820)
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Inevitable
la reflexión válida tanto en Simón de Roxas como en Bory, de como en apurados momentos vitales de sus días más
oscuros, en los que conjuraban desencuentros, penurias, energías
dañinas, y exilios (el naturalista francés llego a estar encarcelado) la
montaña granadina que formaba parte de su paisaje interior fue evocada y se proyectó en sus escritos.
No podemos dejar de pensar en estos versos:
Y tú, ¿por qué vuelves a esa angustia? / ¿Por qué no asciendes la dulce montaña/ causa y principio de toda alegría? Dante, Divina comedia: Infierno, canto I.
Sera 8 años más tarde (1828) cuando ya Simón de Roxas había
fallecido, que se publican en Europa de nuevo alturas – esta vez en toesas - de nuestra
montaña en:
Mulhacén
en toesas en el cuadro de las alturas andaluzas de esta obra. Pág. 449
|
Hacía 1830 vuelven a publicarse datos de nuestra montaña en:
Vemos las alturas en las tres medidas: varas, toesas y metros.
Se hace aquí aún
más evidente que Simón de Roxas anotó nada
menos que 74 mts. de más a Mulhacén y prácticamente lo mismo al Veleta, pero en
lo fundamental su error de apenas 2,1% es admirable desde el punto de vista del "material y método" con que se realizaron los trabajos topográficos.
Quizas por
el horror a todo lo francés - y el metro lo era - en la corte de Fernando VII u
por otras causas, en 1833 año en que fallece “el deseado” aún se publican alturas
de nuestras montañas en pies de París (medida francesa anterior al metro) cuestionando la preeminencia de Mulhacén entre
las montañas peninsulares.
Concretamente
en:
Encontramos esta última y significativa tabla que reproducimos de la obra de Marugan, alto funcionario de la administración ligado a Joaquín Fco. de Campuzano (1786 -?) influyente
consejero de la última camarilla próximo a Fernando VII.
¿Fue la
puesta en cuestión en círculos de la corte de la altura máxima peninsular en
Mulhacén que refleja la nota 2 de esta última tabla, una de las gotas que colmó
el vaso de Fernando VII, cuando hizo
requerir intempestivamente su presencia en Madrid (finales de sept. de 1825 concretamente la Real Orden lleva fecha de su cumpleaños) a un Simón de
Roxas ajeno a todo esto, retirado en su peculiar exilio titagüeño, donde había logrado un
cierto equilibrio vital, precipitando menos de año y medio después el fin de
sus días?
Tan solo cuatro años más tarde
los ecos de los pasos de Simón de Roxas en Mulhacén vuelven a ser revisados. Boissier en julio de 1837 visitará
este original escenario (pág. 127) del Voyage botanique
dans le midi de l'Espagne [...] Tome I, 1839-1845 Boissier, Pierre-Edmond.
Como se aprecia en este recorte de la obra:
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dans le midi de l'Espagne [...] Tome I, 1839-1845 Boissier, Pierre-Edmond.
Como se aprecia en este recorte de la obra:
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Aviso: El pasado 15
de octubre la localidad valenciana de Titaguas abría al público la exposición
'Un viajero y un paisaje: Simón de Rojas Clemente en el Marquesado de Moya'
a la que nos hemos referido en posts anteriores.
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