miércoles, 31 de enero de 2018

EL LARGO CAMINO A LA IMPRENTA DE LOS NOMBRES VALENCIANOS DE PLANTAS. 2ª parte.


Continuamos aproximando algunos autores y obras de la selección de que manifestó valerse Simón de Roxas para sus escritos de Titaguas.


1. Asso. El naturalista impecable y científico.


Narcissus assoanus Dufour. Imagen de: http://www.floracatalana.net/narcissus-assoanus-dufour

Llamativa y delicadamente aromática esta preciosidad de los últimos días invernales, se la dedicó  Leon Dufour (1780 - 1865) - naturalista y antiguo oficial médico con el uniforme francés  en Valencia, que conocía y amaba su cultura y su naturaleza meriodional- a: Ignacio Jordan de Asso y del Río (1742-1814), autor de esta obra tan leida por Simón de Roxas.

Texto completo disponible en:
http://bibdigital.rjb.csic.es/spa/Libro.php?Libro=80
No es la única planta que los botanicos posteriores le han dedicado a Asso, lo cual da una medida de la profunda huella que ha dejado en la flora ibérica, de la que  es autor de cerca de medio centenar de aportaciones admitidas.
Asso aún hoy día es consultado por los especialistas por sus admirables descripciones botánicas y tiene una biografía fascinante de dimensión europea, con profundas raices aragonesas. 

Introductor en nuestro país del sistema linneano y como Simón de Roxas, que lo tomó científicamente como modelo, capaz de estar permanentemente en actividad.
Con intereses intelectuales en ámbitos culturales y científicos diversos, algunos llamativamente coincidentes con los de Clemente. Con similar facilidad para los idiomas  clásicos, semíticos y europeos que ambos traducían con facilidad o prestando atención en sus obras, a las voces populares de los objetos de historia natural, plantas, pero también peces, aves, etc. 



En la mitad superior Imagen  A. assoana. Willk. origen en:
http://plantillustrations.org
Cuando un personaje como Heinrich Moritz Willkomm (1821 - 1895) le dedica una planta a alguien es por algo.
Simón de Roxas en la medida de sus posibilidades hizo una elección muy acertada adquiriendo  estos libros de Asso, cuya trayectoria científica y vital seguía con especial interés y aprovechamiento.
Lamentablemente en sus días había ya obras más actualizadas para estas materias. Por ejemplo, Clemente se confunde en su voz ardacho que hace corresponder a la determinación linneana vía Asso de Lacerta agilis y añade que se nombra así en la alcarria. 

Pero ya en sus días Daudin (1802) la había revisado y nombrado Timon lepidus.
Volveremos sobre este interesante lacértido.


2.  Palmireno. El verdadero filósofo.

Juan Lorenzo Palmireno ( 1524 - 1579).
Actualmente disponible en: http://bivaldi.gva.es/va/consulta/registro.cmd?id=1417
Tan leido sino más que el anterior por Simón de Roxas, este sólido tratado del erudito Palmireno, también  poliglota y magistral docente en el Studi General valenciano, donde se formó y en Alcañíz cuyo vínculo - como el de Clemente con Titaguas - siempre mantendría. 

Crítico literario, traductor de Aristófanes, comentarista de Cicerón, celebrado autor drámatico, que como luego haría Clemente, nos dejó una sustanciosa autobiografía de significativo titulo: El estudioso en la aldea, que podemos suponer, no pasaría inadvertida a Simón de Roxas que afirmaba como su máxima aspiración vital el deseo de:
. . . vivir como un verdadero filósofo.
Un ejemplo - aunque no sea vegetal - 'pescado' al vuelo de las numerosas coincidencias en su interés  por las mismas materias: la voz toñina en Palmireno  que ya Clemente tenia muy leido en 1804, en que con ocasión de su viaje a Andalucía cita a menudo.


 Este mismo término en Clemente, en la pág. 114 de su Viaje a Andalucía, transcripción de  Gíl Albarracín:
Imposible resistirse a recorrer su abecedario de yervas, muy visto de Simón de Roxas.


Lleno de correspondencias de voces vegetales castellanas, valencianas, aragonesas, catalanas y latinas prelinneanas, como él mismo detalla:


Entre estas denominaciones de Palmireno casi todas genuínamente valencianas que Simón de Roxas manejaba, hay algunas voces muy antiguas que nos remontan al s. XIV, tiempos en que aún no existía la imprenta y a aquel  franciscano erudito con una cristiana pero refinada formación europea, que fue conseller dels Jurats de la ciudad de Valencia: Francisco Eiximenis (1330-1409), que en sus escritos nos dejó una primera lista: 109 nombres, que acabarían por fín en la imprenta valenciana de Cristobal Coffman en 1499, como muy acertadamente se explica en: 



Si seguimos remontando la linea del tiempo,  hay muchos nombres  anteriores a la imprenta y convenientemente depurados por las autoridades eclesiasticas u ocultos a sus ojos.
Nos llegan restos del riquísimo vocabulario andalusí para estas materias naturales, en los escritos de agronomos y médicos locales, con voces hoy definitivamente extintas.
Por ejemplo la voz andalusí: `ayquwa de izbiqul` que designa al  hidrolato de espliego y aparece como forma medicamentosa junto a otras muchas en los interesantes manuscritos aljamiados.


https://ddd.uab.cat/pub/dynamis/02119536v1/02119536v1p275.pdf
Llama la atención la afirmación de la Dra. Ana Labarta, en esta transcripción suya sobre estos textos  de Muro de Alcoy publicados en 1981.
..."los médicos moriscos utilizaban los mismos medicamentos que los cristianos,
y con los mismos nombres
.”
Podemos inferir que aún en los tiempos de Eiximenis (s. XIV y XV) y posteriormente en los de Palmireno (s. XVI), boticarios, jardineros, amas de casa… todos, desde las villas, al entramado agroforestal rural andalusí que van repoblando los cristianos. Forman la base con sus denominaciones para  fijar en los siglos siguientes la construcción no sólo del vocabulario botánico valenciano, sino el de los nombres de todo bicho viviente en este idioma.
Pero rastrear con rigor el largo  proceso de gestación nos lleva más atras.

Nos lleva a voces de las hablas preislámicas, germánicas, bizantinas e hispanorromanas, tanto de origen latino como íberas. 
Esto es lo que hace tan valiosos estos verdaderos signos de identidad idiomática de las denominaciones vulgares de los vegetales.

Palmireno tuvo muchos alumnos aventajados, entre ellos destacamos al autor del Thesaurus puerilis,  obra de Onofre Pou Cellers, publicada en València por Pedro de Huete en 1575 y posteriormente muy reeditada y comentada:
http://www.softwarevalencia.com/garcia_moya/HTML/LaepocaDeLosThesaurusPuerilis.html
actualmente disponible en: 
https://books.google.cat/books?id=V8MkAk4osN4C&printsec=frontcover&hl=fr#v=onepage&q&f=false 

 3. Torrá.

 
Corregida y aumentada esta segunda edición del diccionario de Pere Torra, de Antoni Lacavalleria, es la que Clemente se llevó a Titaguas.
Se trata de una adaptación al catalan del diccionario castellano- latín  de similar  título, original del jesuita segoviano Bartolomé Bravo  (1554 -1607), actualmente accesible desde:

https://books.google.es/books?id=fh0uORfx48sC&printsec=frontcover&vq=oro&hl=es#v=onepage&q=fill&f=false 

No dudamos de las utilidades que prestó a Simón de Roxas, pero no es una obra en la que se verifiquen ni afinidades vitales con su autor, ni especialmente interesantes contenidos de historia natural como en las anteriores. Sin embargo Simón de Roxas la anota en la bibliografía de sus escritos sobre Titaguas, donde por otra parte la voz catalan o cataluña apenas la encontramos.

A seguir
 

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