En ocasiones se ha tratado de la amistad y especial relación entre Mariano Lagasca y Clemente que va más allá de la colaboración científica, para convertirse en toda una complicidad vital que en ocasiones se extendía a terceras personas, círculos más amplios, cimentados con proyectos e intereses comunes y también en sólidos lazos científicos, afectivos y fraternales que abren nuevos canales de relación y comunicación.
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Antonio Cabrera y Corro (1763-1827) naturalista y canónigo magistral de la catedral gaditana compañero y buen amigo de Simón de Roxas, centro de uno de sus circulos andaluces. |
Si en los años
del primer ciclo de la etapa andaluza (1803-1808)
Clemente traba amistad con Francisco de Therán, Mª Josefa La Piedra, Antonio Cabrera, Felipe Bauzá, Francisco Amorós,
etc. en un circulo de ilustrados y naturalistas. En los años más opacos del segundo ciclo andaluz
(1808-1812) el personaje a destacar es
Félix Hänseler Jeger (1780-1841).
A él se refiere el magistral de la catedral gaditana A. Cabrera en
carta a Mariano Lagasca (1 ,XII, 1813) “ En Malaga en la botica que llaman de la Espartería, cuyo dueño
es un tal Santaella, se halla de Oficial un Suizo que habiendo venido a servir
en el ejército, le dejó al principio de esta rebuxina* y se puso a Boticario,
porque en su país había tenido algunos principios de esto. Se llama D. Félix
Henzeler. Cuando estuvieron en aquella Ciudad Zea de Prefecto y Clemente de
socio (sic) o secretario suyo trabaron con él amistad. No hay duda que es aficionadísimo
a la Botánica. Ellos
me le hicieron conocer o, por decir mejor, fueron ocasión de que lo conociese .
. . “
*Rebiuxina_rebujina,
alboroto, jaleo. Se refiere al acierto de Haenseler
en dejar la vida militar en vísperas del conflicto napoleónico en España.
Posteriormente finalizando un brevísimo tercer ciclo andaluz (agosto
1814) Clemente escribe a Lagasca, aún
desde Jeréz de la Frontera,
donde ya es evidente el fracaso de la Comisión para elaborar el Mapa Topográfico y Estadístico
de la provincia de Cádiz.
En esta
comunicación pone a Lagasca al tanto
de significativos detalles de su especial relación con Haenseler y de su complicidad en un tema tan delicado como el de la necesaria purificación. (enterrando su principal colaboración con el gobierno intruso: ser secretario de Zea, prefecto de la ciudad en el periodo de José Bonaparte).
Pero esta amistad va a tener continuidad y abundantes intercambios en áreas de interés comunes: algas, líquenes, vegetación, minerales, fauna. . . denominaciones vulgares locales incluidas. Clemente y Haenseler no son sólamente regulares colectores, entre los dos juntos o separados, pero siempre en comunicación de sus actividades, trazan los rudimentos de las correlaciones de los factores abióticos y la biodiversidad de los ecosistemas y en consecuencia, su prospectiva se extiende a la recogida de las primeras mediciones de temperaturas del agua, datos de temperaturas máximas y mínimas estacionales, análisis químicos de suelos y agua, etc. Lo que convierte a Simón de Roxas y al boticario bávaro, en origen de una especie de escuela andaluza de pioneros ambientalistas, que perdura a lo largo del XIX y que pronto trascenderá nuestras fronteras con la atención de los máximos especialistas botánicos europeos.
Pero esta amistad va a tener continuidad y abundantes intercambios en áreas de interés comunes: algas, líquenes, vegetación, minerales, fauna. . . denominaciones vulgares locales incluidas. Clemente y Haenseler no son sólamente regulares colectores, entre los dos juntos o separados, pero siempre en comunicación de sus actividades, trazan los rudimentos de las correlaciones de los factores abióticos y la biodiversidad de los ecosistemas y en consecuencia, su prospectiva se extiende a la recogida de las primeras mediciones de temperaturas del agua, datos de temperaturas máximas y mínimas estacionales, análisis químicos de suelos y agua, etc. Lo que convierte a Simón de Roxas y al boticario bávaro, en origen de una especie de escuela andaluza de pioneros ambientalistas, que perdura a lo largo del XIX y que pronto trascenderá nuestras fronteras con la atención de los máximos especialistas botánicos europeos.
Como se vió
en anteriores posts con la epónima clementeana, tan elocuentes como las notas
biográficas de Haenseler** son en ocasiones las
especies dedicadas por otros autores, algo que perdura de su
memoria y que le hace los honores de la Botánica a
este soldado de fortuna, que se afincó en Málaga y alternativamente dedicó su
atención al vino y al agua, en el mar o entre sus plantas de las serranías andaluzas.
**Véase su excelente síntesis biográfica en:
http://www.biolveg.uma.es/abm/Volumenes/vol37/37_Perez-Rubin.pdf
http://www.biolveg.uma.es/abm/Volumenes/vol37/37_Perez-Rubin.pdf