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Imagen original en: http://www.almerinatura.com/joyas/silene-aellenii.html
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Al consultar para las anteriores entradas a este blog las Claves de la flora vascular de Andalucía
oriental, concretamente Silene
allienii, vemos que esta preciosa Caryophyllaceae no trae la sinonimia.
Si la trae Flora Ibérica, donde encontramos entre los
autores que se interesaron por este taxón a nuestro Simón de Roxas Clemente.
Así encontramos: Silene
divaricata Clemente ex Lag., Elench. Pl. [15] (1816), nom. illeg.
Mariano Lagasca, además de un botánico extraordinario,
debió de ser también un personaje con una
poderosa fuerza interior que le permitió retomar con energía la investigación
científica, en el Real Jardín madrileño tras la retirada del ejército ocupante,
que a pesar de los esfuerzos de Claudio Botelou, a quien Lagasca sustituyó provisionalmente
en la dirección del establecimiento, había dejado el Jardín como casi toda
España en un estado lastimoso.
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Retrato anónimo de D. Mariano Lagasca que trae el muy recomendable Ciencia en penumbra del Dr. J.L. Maldonado Polo, producción de 2014. |
No era Lagasca persona de arredrarse ante los problemas y apenas
acabada la contienda ya estaba en disposición de retomar, reparar, contactar y
formar equipo. Siempre enfocado a sus
dos máximos objetivos científicos: la Flora y la Ceres hispánicas y al mismo tiempo publicar materiales en los que había estado
trabajando en plena guerra: Dispositio
umbelliferarum carpológica, obra a la que precedió una Disertación
sobre la familia natural de las aparasoladas - según Colmeiro - ya leída por su discípulo
Vela en 1815 y que no aparecería publicada hasta 1821, en las Amenidades naturales de las Españas núm. 11.
Por otra parte, las dificultades de destinar tiempo y recursos a la
investigación, puede tener que ver con la Cevallia.
Clemente y Lagasca eran muy conscientes en lo que a la Ceres respecta, de las líneas de selección de especies iniciada por Echandia y Assso y deseaban retomar estos trabajos. Tareas problemáticas en aquellos aciagos días el encontrar recursos para dar los resultados de tantos trabajos a la imprenta.
De eso sabía mucho Clemente, tras su primera estancia
en Titaguas y a su vuelta del fallido proyecto gaditano, Simón de Roxas pronto
se incorporó al equipo del más que nunca cortesano y Real Jardín.
Clemente y Lagasca eran muy conscientes en lo que a la Ceres respecta, de las líneas de selección de especies iniciada por Echandia y Assso y deseaban retomar estos trabajos. Tareas problemáticas en aquellos aciagos días el encontrar recursos para dar los resultados de tantos trabajos a la imprenta.
Cevallia sinuata ha conservado la denominación publicada por Lagasca en 1805, en Variedades de leratura y Artes. La imagen (no hemos podido conseguir la que seleccionó Lagasca en su obra, esta en Icones Plantarum [Hooker’s] Icones plantarum], vol. 3: t. 252 (1840) |
Las tribulaciones de esos
años en que pronto emergió la impronta del amo y señor intratable y despótico,
que hizo buenos a todos sus antecesores en el puesto - godos incluidos - y su
camarilla_ banda de sangüijuelas, prepotentes, desvergonzadas y homicidas que
pronto se instalaron al abrigo de la capa de armiño en el poder.
Solo en ese contexto se entiende la Ferdinanda augusta, palmaria
demostración de que nada había cambiado y seguía la época de los naturalistas
cortesanos, un patético rabo de lagartija tras cuyas agónicas sacudidas se
escapó / imprimió: Genera et species
plantarum, quae aut novae sut aut nondúm reclé cognoscuntur, que unido a Elenchus plantarum quae in Horto Regio
Botanico Matritensi colebantur anno MDCCCXV, ambos intentos de Lagasca de poner en hora de nuevo la botánica española, publicados en 1816. Meritorios y
visitadísimos por imprescindibles para los botánicos nacionales y extranjeros desde entonces hasta nuestros días.